
OYARBIDE REFORMULA EL MAPA POLÍTICO
De Narváez y el Peronismo Federal serían los beneficiarios de la crisis del macrismo
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Por Carlos Tórtora
En el actual escenario político nacional, es difícil pensar que un procesado pueda tener éxito en la carrera presidencial. Aunque en materia de encuestas Mauricio Macri no parece debilitarse y hasta mantiene el apoyo de muchos sectores que lo consideran perseguido por los Kirchner, la jugada de Norberto Oyarbide pone en crisis al PRO como proyecto. Desde el Peronismo Federal -Ramón Puerta, Juan Carlos Romero, Chiche Duhalde, Adolfo Rodríguez Saá- le están ofreciendo al Jefe de Gobierno una suerte de asilo condicionado. Macri podría salir de su actual aislamiento, sentarse en la mesa del Peronismo Federal y recibiría entonces el apoyo de los disidentes para enfrentar los embates del oficialismo judicial. Pero, como todo tiene su precio, el PRO debería resignar sus pretensiones nacionales y convertirse en el brazo porteño del Peronismo Federal. Una alternativa bastante amarga para el hombre que soñó con encarnar la nueva política, es decir, la superación del peronismo y el radicalismo.
La dispersión a la vuelta de la esquina
No es casual que Macri reciba ahora este tipo de propuestas. Es que son muchos los que presagian que el PRO puede estar cerca de fragmentarse, como le ocurrió en el pasado a la UCD, a Nueva Dirigencia de Gustavo Beliz o también a Acción por la República de Domingo Cavallo. Los proyectos de centro y centro derecha entraron generalmente en crisis ni bien sus máximos exponentes se eclipsaron, como lo demuestran los ejemplos que mencionamos.
En el caso del PRO, su problema es todavía mayor, porque Francisco De Narváez, lanzado a una interna permanente con Macri para ver quién se queda con el control de la franja de centro derecha, absorbe casi automáticamente a todos los dirigentes que se alejan del oficialismo porteño.
Con la actual vulnerabilidad judicial de Macri, el pase de diputados de la Ciudad a De Narváez podría incluir 4 ó 5 nombres más. Pero mucho peor sería todavía la situación en el PRO bonaerense, donde ahora sacan las cuentas y ven que el empresario probablemente será gobernador de la provincia, en tanto que Macri no será casi seguramente presidente.
En la primera alternativa planteada, si el PRO se suma al Peronismo Federal, podrían escindirse los sectores más reacios al peronismo. Pero de continuar en el aislamiento actual, no sólo De Narváez sino Ricardo López Murphy y hasta el cobismo pueden captar sectores del PRO desalentados y sin rumbo. Si esta diáspora se produce, hasta Elisa Carrió -íntima amiga de Gabriela Michetti- podría llevar agua para su molino.
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