
PROGRAMA FEDERAL DE DESENDEUDAMIENTO
Kirchner pacta con los gobernadores y el Congreso para poder avanzar contra Clarín
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Por Carlos Tórtora
Luego de dos meses de marchas y contramarchas, Néstor Kirchner consiguió su objetivo: convertir la posición de debilidad del oficialismo ante la mayoría opositora en el Congreso en una tregua que puede durar varios meses. Este éxito tiene varios capítulos. El anuncio del Programa Federal de Desendeudamiento alivia financieramente a la amplia mayoría de las provincias pero, obviamente, compromete a los gobernadores y, sobre todo a los senadores, a mitigar sus cuestionamientos al gobierno. Así es que la media sanción del proyecto Verna autorizando el pago de deuda con reservas obtuvo 41 votos. De este modo se diluyen dos de las principales amenazas de la oposición: la reforma del impuesto al cheque y la derogación del DNU 298. Pero la tregua que rige a partir del auxilio financiero a las provincias incluiría también darles largas a los otros proyectos peligrosos para la Casa Rosada. Esto es, la reforma del Consejo de la Magistratura y una nueva ley regulatoria del INDEC.
Qué queda de la oposición
El nuevo pacto entre Kirchner y los gobernadores reduciría bastante el margen de acción de la oposición al sumarse a otro factor. El éxito del canje de la deuda alimenta el optimismo sobre la marcha de la economía. En Olivos empiezan a creer que la recuperación será de largo aliento y que entonces hay que desechar la hipótesis de adelantamiento electoral, porque el año que viene el gobierno -según esta teoría- podría estar en mejores condiciones electorales que ahora.
Si la carrera electoral empieza recién en Agosto del 2011 con las internas abiertas y los gobernadores están más comprometidos con Kirchner por el oxígeno que van a recibir, el Peronismo Federal se encuentra ante un panorama difícil. Falta mucho para que el PJ pueda crujir en una crisis de lealtades hacia Kirchner. Felipe Solá, Eduardo Duhalde y Francisco de Narváez aparecen así condenados a seguir en campaña más de un año más para recién llegar a las internas con la esperanza de que algunos gobernadores abandonen a Kirchner.
Los radicales, por su parte, tienen otro escenario. A menos que haya un acuerdo imprevisto, el 3 de junio se sabrá si habrá una lucha real por la candidatura presidencial. Si Ricardo Alfonsín consigue doblegar a la alianza del cobismo, Leopoldo Moreau, Federico Storani y Gustavo Posse, la UCR se encaminará hacia una dura interna entre aquél y Cobos. La esperanza de Kirchner es que esta confrontación termine en una ruptura de la UCR. De ser así, Alfonsín y Elisa Carrió podrían ir a elecciones aliados, mientras que Cobos lo haría por su cuenta y la Casa Rosada festejaría a más no poder. De este modo, el oficialismo está consiguiendo eludir los riesgos de tener que sostener una guerra en varios frentes: Congreso, Poder Judicial y Clarín, para concentrarse en el ataque a este último.
Ahora Clarín
Ayer Kirchner le apuntó directo a su blanco: dijo que el problema central es terminar con el poder de Clarín y llamó a Héctor Magnetto “rey de la censura”.
La tregua Congreso-Kirchner sería aprovechada entonces por éste para concentrarse en su ofensiva contra Clarín, al que necesita doblegar antes de que empiece el ciclo electoral. Esto significa aumentar la presión sobre la Corte Suprema para que deje sin efecto la suspensión de la Ley de Medios dispuesta por la justicia federal de Mendoza mientras se intentaría golpear a la familia Noble a través de los exámenes de ADN de Felipe y Marcela. Por último, un reciente fallo de la Jueza Claudia Rodríguez Vidal dejó sin efecto la medida cautelar que suspendió la aplicación de la Resolución 1/2010 que imponía precios igualitarios en el mercado del papel de diario. Este golpe a la rentabilidad de Papel Prensa puede ser muy fuerte.
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