LA VIRGINIDAD DE KIRCHNER

Castellanos - 05-May-10 - Opinión


Editorial
Entre la virginidad de Kirchner y el matrimonio gay

La Unasur celebró su encuentro. Los cancilleres acordaron un día y los presidentes se abrazaron al siguiente como sino se hubieran visto en años, decidiendo - entre otras cosas y como si se les ocurriera en ese momento - nombrarlo a Néstor Carlos Kirchner como Secretario General, que vendría a ser como el presidente de este sindicato de países, o algo así.

Es que en la Unasur hay muchas cosas que no están en claro ya que en caso de duda hay que recurrir a su bolivariano promotor o consensuar con Lula, los demás son de madera.

Aunque haya muchas voces altisonantes que hablan de la Unasur como si fuera una entidad con tradición y años, la realidad sólo muestra algo embrionario, con más interrogantes que respuestas. Ningún canciller o jefe de estado dice "esta boca es mía" cuando se le pregunta si la Unasur es "una réplica entre amigos de la OEA pero sin los odiosos del Norte"; o si es una tarea de fin de semana que se le encomendó a Chávez y todos deben corregir.

La abstención de Uruguay permitió encaramar en su sitial a Kirchner, algo que había impedido Tabaré Vásquez en su momento con su voto negativo. Lo de Mujica se estima como una contraprestación que la Argentina deberá saldar en un plazo no muy lejano dejando expedito el puente General San Martín. El primer paso parece haber sido dado. Ayer, el grito de "¡Araca la cana!" llegó tarde para los 33 occidentales de Gualeguaychú, que pretendían manifestarse contra Uruguay en el Sofitel de Los Cardales, y fueron "demorados" sin mayores explicaciones por el temor de que cabreasen a Pepe Mujica.

Pero no sólo es este litigio el que siembra la duda. Muchos opinan que la influencia de Chávez los puede meter en problemas ya que se han expedido sobre una ley sobre inmigrantes pero del Estado de Arizona. Y tampoco está en claro la actitud a adoptar con Honduras, a la que parecen haber declarado la leprosa del cono sur.

Otros integrantes le tienen miedo a la figura de Kirchner pero votaron a favor porque no hacerlo era políticamente incorrecto. No es un problema de portación de cara sino que lo consideran poco (o nada) diplomático en un cargo para el que el equilibrio y la mesura deberían ser una condición sine qua non. Ese temor campea en muchos ecuatorianos pero por otros motivos. Suponen que la Unasur con Kirchner se trasladará de Quito a Buenos Aires ya que éste no querrá dejar a su país huérfano de mando. Correa no lo discutirá porque sabe que la decisión pasa por Chávez, más que por Kirchner. Y Kirchner tiene en Buenos Aires no sólo intereses sino una banca de diputado de la que deberá desprenderse, ya sea renunciando o pidiendo licencia. De ahí que en la oposición nació la especie de que se retiraría del cargo "virgen de voto", ya que nunca lo ejerció en el mismo.

Todavía no se sabe cuál será la decisión al respecto pero parece que la condición de "virgen" lo alteró profundamente ya que manifestó que se ausentaría de la reunión de la Unasur para ir al Congreso a votar por el matrimonio gay que se trataba en esos momentos.

En una época en que las sociedades de naciones dejan mucho que desear, crear una más suena poco serio. ¿De qué puede servir una en la que uno de sus socios vive con la psicopatía de que todo el mundo quiere hacerle la guerra, o en la que dos gobiernos aparecen acusados de mover millonarias coimas paralelas a las exportaciones de sus propios mercados?

Si la institución sirviera para reducir los índices de corrupción oficial; las amenazas y los hechos contra la libertad de prensa; si propendiera al desarrollo de las naciones y la reconciliación interior de cada una, entonces se la podría comenzar a tener en cuenta. El problema es que en la balanza las esperanzas pesan menos que las dudas.