Más allá de alguna denuncia por fraude, que aunque menor, de constatarse sería grave, la Presidente ganó ampliamente las primarias abiertas. Muchos, equivocadamente, creíamos que la corrupción que envuelve al gobierno, la inseguridad, el desempleo real y no el imaginario difundido por índices oficiales, las muertes por desnutrición infantil reales y no las difundidas por el oficialismo, la violación constante de la Constitución Nacional y sus principios, la intolerancia, la discriminación sufrida por quiénes opinan diferente, la impunidad que goza el narcotráfico, serían suficientes para que la mayoría de los argentinos no votara por quien finalmente ganó.
Ante la presencia de una oposición carente de toda articulación, similar a la nada, y las grandes dádivas que han recibido millones de argentinos, sean estos pobres, de clase media, empleados públicos y algunas actividades industriales, tantos beneficios hicieron olvidar todo lo demás y una mayoría de votantes apostaron a la continuidad de tales prerrogativas.
¿Hasta cuándo se podrá gobernar regalando computadoras sin enseñar a leer y a escribir?
¿Hasta cúando se podrá gobernar otorgando subsidios y viviendas sin capacitar a los beneficiarios para que puedan ocuparse de una actividad laboral digna y rentable?
Algún día los gobiernos deberán cumplir la premisa Sarmientina de "Educar al Soberano".
El 30/6 Santiago Kovadloff escribió en La Nación un artículo titulado: "La Constitución o el delito" y afirmaba: "Queda claro: la lucha de fondo, a partir de aquí, será a favor o en contra de la Constitución. A favor o en contra de la ley. A favor o en contra de la alternancia. A favor o en contra del autoritarismo"
Resulta clarísimo qué se votó mayoritarimente el 14/8. No mas excusas…han perdido la Constitución, la ley, la moral, el honor y el respeto.
Alejandro Olmedo Zumarán.
olmedozumaran@hotmail.com
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