Poros en los preservativos.
El primer
estudio serio sobre la fiabilidad de los preservativos fue
realizado en 1987 por la FDA (Food and Drug Administration)
entidad del gobierno de EE.UU. que se encarga de la aprobación
de medicamentos, prótesis, aditivos alimentarios, etc.
Realizó una prueba de pérdida de agua, en la
que el preservativo se llenaba con 300 ml. de agua, y se observa
durante un minuto, para ver si pierde. Se acepta que tiene
un nivel de calidad aceptable cuando la tasa de fallo por
permeabilidad al agua no excede en un 4 por 1000. Los lotes
que exceden este criterio son retirados de la venta. Se estudiaron
430 marcas con 102.000 preservativos, 165 fabricadas en EE.UU.
con 38.000 preservativos, y 265 marcas extranjeras con 64.000
preservativos. Los resultados fueron que no tenían
un nivel suficiente de calidad el 12% de las marcas de EE.UU.
y 21% de las marcas extranjeras. En estas investigaciones
de la FDA sobre la seguridad de los preservativos como preventivo
del SIDA, se afirmaba concluyendo que "el uso del preservativo
no se relaciona de forma significativa con la protección
contra el contagio". Rechazos producidos, por ejemplo en 1991,
incluían las marcas "Ramses Extra Strength" (marzo
de 1991) debido a "Cantidad inaceptable de orificios y fisuras
de anillo", "Saxon Wet Lubricated" (mayo de 1991) por no pasar
el control de calidad de la FDA, y las que citaba The New
York Times en noviembre de 1991. En muchos países en
los que se han tomado la molestia de controlar la calidad,
se han producido rechazos de marcas. Aún, con todo,
no deja de ser penoso que con un 4 por 1000 de casos de permeabilidad
al agua, sean puestos a la venta.
Al aceptarse
esta tasa de defectos, la probabilidad de fallo en una pareja
que utilizase el preservativo como método anticonceptivo
sería de un 20,8 % anual si mantuviesen relaciones
sexuales una vez a la semana, y de un 41,6 % si mantuviesen
relaciones sexuales dos veces por semana.
En 1995
se retiraron de las farmacias americanas unos preservativos
de plástico de la empresa London International Holdings
Inc., después de haber estado a la venta desde 1991,
año en el que la FDA diera el visto bueno a las pruebas
de laboratorio que garantizaban la impermeabilidad del material
utilizado (índice de fracaso menor del 2%). Pruebas
independientes realizadas por el Instituto Nacional de la
Salud Infantil y el Desarrollo Humano, arrojaron un índice
de fallos mucho más alto: el 14% (una de cada siete
veces). Los preservativos de plástico son utilizados
por las personas alérgicas al látex (5-7% de
la población).
En Francia,
en abril de 1994, la revista del Instituto Nacional del Consumo
afirmó, en un número especial dedicado a los
preservativos, que de 28 marcas puestas a prueba, 12 debían
"ser evitadas" por inseguras frente al riesgo de contagio
del SIDA. La prensa francesa, haciéndose eco de la
revista, dice que "en materia de preservativos, aunque la
reglamentación francesa está entre las más
rigurosas del mundo, no parece todavía suficiente cuando
está en juego la vida". Los resultados comunicados
por la revista mensual 50 Millones de Consumidores arrojan
dudas sobre la calidad de los preservativos comercializados
en Francia por esas doce marcas: "algunos preservativos se
rompen, otros son porosos".
En México,
en la revista del "consumidor", de febrero de 1996, apareció
un reportaje especial sobre la calidad de los preservativos.
La investigación incluyó 26 marcas, tanto importadas
como de manufactura mexicana. Las pruebas de verificación
de calidad se basaron en la Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA1-1993,
la cual establece las especificaciones sanitarias que deben
cumplir los preservativos de hule látex. Se realizaron
distintas pruebas, para analizar los defectos visibles y orificios
no visibles. Se llevaron a cabo análisis para verificar
la inexistencia de defectos visibles, tales como: orificios,
rasgaduras, roturas, escurrimientos de material, partes débiles,
bordes distorsionados, etc. Se encontraron con que las marcas
sheik elite, ramses sensitol y trojan plus tenían una
calidad regular. Para analizar los orificios no visibles se
llenó el producto con la cantidad de agua señalada
en la norma, para corroborar que después de manipularlo
por un tiempo específico, aquel no presentara fugas
de agua. Bajo ese patrón de calidad resultó
que las marcas therso, flash, cowboy studded y sheik elite
ribbed tuvieron una calificación de regular y las marcas
everything y sico sensitive el resultado fue deficiente.
Un servicio
de la agencia "UN Wire" informó (16-2-2000) que un
grupo de consumidores de Hong Kong, había encontrado
muchos defectos en los preservativos. Según el Consejo
de Consumidores de Hong Kong más de la tercera parte
de los preservativos adquiridos en el territorio son inseguros.
El Consejo compró unos 27.000 preservativos de 66 marcas
diversas para su examen.
En España,
no hubo legislación de control de "calidad" de los
preservativos hasta Noviembre de 1991 (normas UNE), con lo
que se podía vender sin ninguna exigencia ni fecha
de caducidad. La Unión de Consumidores hizo un estudio
en 1990 de diversas marcas utilizando el mismo test de agujeros
al agua, y el 27% de las marcas no tenían un nivel
suficiente de calidad. En Marzo de 1992 se publicó
otro estudio de la Unión de Consumidores realizado
con 10.000 preservativos de los 20 modelos que se venden,
que representan el 75% del mercado, y la conclusión
fue que el 50% no superó las pruebas realizadas con
los criterios de la Unión Internacional de Consumidores,
a pesar de que el 96% cumplía las normas UNE aprobadas.
El 23 de Mayo de 1994, la Directora General de Farmacia y
Productos Sanitarios, Regina Revilla, como consecuencia de
una campaña de revisión del mercado tuvo que
anunciar la inmovilización de hasta 32 marcas de preservativos.
Todas las marcas implicadas incumplían las especificaciones
técnicas dispuestas por el R.D. 1688/1991 de 22-11.
En Abril de 1998, en la revista Ciudadano, se ponía
de manifiesto que de un estudio realizado con gran cantidad
de preservativos vendidos en los Sex Shop, esas empresas que
tanto contribuyen al SIDA, el 51% no cumple las normas técnicas.
Es un signo de lo que quieren al fin y al cabo las empresas
del látex: vender al máximo.
Las pruebas
de permeabilidad han mostrado que el látex no es impermeable
a las partículas del VIH; Carey y al. realizaron un
estudio sobre la efectividad de los preservativos de látex
bajo condiciones simuladas de uso, determinando que el preservativo
reduce el riesgo de transmisión del VIH, pero no lo
elimina totalmente, ya que observaron 29 fugas de tamaño
del VIH en 89 preservativos examinados.
Los guantes
quirúrgicos de látex, necesarios para el control
de la infección, a menudo son permeables: no es raro
que los cirujanos se encuentren sangre en las manos, y la
solución práctica es llevar dos pares de guantes.
Esta costumbre no parece práctica ni aceptable con
los preservativos.
Otro estudio
sobre la eficacia preventiva de los preservativos fue publicado
en noviembre de 1994 por un experto holandés, el Dr.
Johanes Lelkens, profesor emérito de anestesiología
en la Universidad de Maastricht, quien advertía que
los profilácticos más seguros no se libran de
agujeros ranuras y orificios mucho más grandes que
el tamaño de los virus. Según el Dr. Lelkens,
los preservativos no logran evitar embarazos en un 12%, y
su tasa de fallo es mucho mayor a la hora de frenar el virus
del SIDA, cuyo tamaño es treinta veces menor que la
cabeza de un espermatozoide. El VIH es un pequeño disco
de 0.1 micras de diámetro. Actualmente los tests eléctricos
de permeabilidad de los preservativos son capaces de localizar
agujeros de entre 10 y 12 micras, es decir, agujeros de 100
a 120 veces más grandes que el virus del SIDA.
¿Qué
ocurre con los agujeros más pequeños?. Simplemente
los test no los localizan. En 1990, los profesores G.B.Davis
y L.W.Schoroeder realizaron orificios de 1 micra de diámetro
( 10 veces mayor que el tamaño del VIH) a preservativos
que habían pasado los test de control. El 90% de ellos
volvieron a pasar la prueba como si no tuvieran agujeros.
El experimento similar dirigido por R.F. Carey en 1992 llegó
a conclusiones similares. En 1992 Carey introdujo microesferas
de poliestireno del diámetro del VIH en preservativos
que habían superado el test antes citado de la Federal
Drugs Administration (USA). Los sometió a variaciones
de presión análogas a las que se producen en
una relación sexual: un tercio de ellos perdió
entre 0.4 y 1.6 nanolitros. En una relación sexual
de dos minutos con un preservativo que pierde 1 nanolitro
por segundo, pasarían 12.000 virus.
Pero no
hace falta practicar los agujeros: en muchos casos ya existen.
Así lo constató C.M.Roland, del "Naval Research
Laboratory" de Washington: "la superficie de los preservativos
aparece como una superficie cubierta de cráteres que
tienen un diámetro de alrededor de 15 micras, y con
una profundidad de 30. Más importante aún para
la transmisión del SIDA es el descubrimiento de canales
de 5 micras de diámetro que traspasan la pared de parte
a parte. Es decir, que existen pasillos que comunican el interior
y el exterior del preservativo con un diámetro de 50
veces mayor que el VIH." Esto mismo también fue confirmado
por el científico Cecil H. Fox, del Instituto Nacional
de Salud de Maryland, y afirmaba que en el látex, la
goma del preservativo existen poros que permiten el paso del
VIH, visibles por microscopía electrónica.
Si tanto
se ha hablado del preservativo, si tantas campañas
se han hecho, ¿cuál es el problema?, ¿por qué
sigue el SIDA transmitiéndose?, ¿por qué preocuparse?
Pues porque se comprueba que esa no es la solución.
En la psicología masculina hay un rechazo inconsciente
a reducir la sensibilidad, y además en plenos momentos
de pasión "parar" para ponérselo, aunque se
esté totalmente concienciado, muchas veces no se hace.
Pasa como con el coitus interruptus, que es un método
no aprobado por la OMS, ya que en teoría es seguro,
pero en la práctica no funciona.
Parecen
descubrirse intereses políticos en las campañas
sanitarias contra el SIDA, manipulando la verdad y engañando
a los enfermos: la verdad no está en los preservativos,
ni en las jeringas desinfectadas. Estas son mentiras, mentiras
a veces pronunciadas por motivos políticos por parte
de los responsables, y sin embargo al ciudadano se le oculta
que a los enfermos de SIDA les espera la muerte, y muchos
de ellos morirán en la miseria, en el abandono, cubiertos
de heridas, tal vez enloquecidos.
La revista
JANO, revelaba que cuando hay conductas de riesgo no se escucha
la recomendación de usar preservativos, según
los datos de diversos estudios. Un editorial de ésta
revista decía: "Hay que situarse en el ambiente en
el que suelen vivir frecuentemente esas personas. Para un
drogadicto que esté viendo morir a su alrededor a sus
amigos y conocidos por sobredosis, hepatitis-B u otras infecciones,
enfermar de SIDA es un riesgo más que no le lleva a
cambiar de conducta. En el ambiente de miseria física,
mental y moral en que se mueven tiene poca trascendencia que
exista una posibilidad más de defunción".
En la
revista Área+ de Junio de 1997 se dice que las que
"las prostitutas, después de mucho insistir, suelen
usar los preservativos con sus clientes, si estos no insisten
en lo contrario, pero lo más normal es que no lo hagan
con su pareja porque es una forma de diferenciar el sexo por
dinero del sexo por amor. El tema del preservativo es uno
de los temas más difíciles". En esta misma revista
Rafael Manzanera reconoce que en el tema de los preservativos
"nos hemos equivocado, porque hemos pretendido hacer unas
campañas de prevención a partir de nuestros
propios presupuestos ideológicos, intelectuales y culturales,
que no tienen nada que ver con los de las personas que viven
a diario sobre una cornisa a una altura de siete pisos. Y
la realidad nos dice que los nuevos casos de SIDA son principalmente
de componente heterosexual, muy vinculadas a parejas UDPV".
Francisco
Parras, director del Plan Nacional sobre el SIDA, declaró
en marzo de 1999 que "le apena que exista todavía gente
que tiene contactos con profesionales del sexo masculino o
femenino, y se niegan a utilizar el preservativo". Por su
parte, el 1996 el Plan Nacional sobre Drogas realizó
una encuesta para ver el uso del preservativo en las relaciones
sexuales ocasionales, y halló que: "únicamente
el 37.7 % de los que mantuvieron relaciones sexuales ocasionales
en ese año, habían utilizado preservativo sistemáticamente,
y entre los casados sólo el 13,4 % ".
En agosto
de 1998 el Ministerio de Sanidad de España publicó
un estudio en el que se determinaba que el 80% de los españoles
conocen correctamente los mecanismos de transmisión
del SIDA. También reconoce que los jóvenes y
las mujeres siguen asumiendo riesgos en las "relaciones" imprevistas,
a veces por presión de su "pareja". Para Sanidad resulta
una paradoja, que aún sabiendo que con los preservativos
están más protegidos, hay jóvenes que
asumen riesgos. La conclusión que saca Sanidad, fiel
a sus principios, es que hay que bombardear aún más;
no se plantea que en la educación de costumbres esté
la solución, no. Todos somos muy dados a jugar con
el riesgo, lo malo es que se hace realidad esa sentencia tradicional
de la India: "Una vez que se está en la boca del tigre,
es inútil tomar precauciones".
Las encuestas
que aportaba Sanidad en Julio de 1999 en la presentación
de la campaña de aquellas fechas, señalaban
que más de la mitad de los jóvenes españoles
entre 15 y 19 años mantenían relaciones sexuales
con parejas ocasionales. De ellos, el 30 por ciento de los
varones y el 41 por ciento de las mujeres no usaron preservativo.
Según la directora del Centro de Enfermedades de Transmisión
Sexual de Granada, a pesar de las campañas de promoción
llevadas a cabo, en el caso de los primeros contactos sexuales
de los jóvenes, la utilización es inferior al
total, y alcanza sólo a poco más de la mitad
de los casos, y no siempre de forma sistemática.
Unos estudios
tras otros están demostrando la inutilidad del preservativo
para parar el SIDA. Otro, aparecido en el periódico
Le Monde, 15-VI-95 publicado por la Agencia Nacional de Investigación
sobre el SIDA, de Francia, hablaba sobre la particular gravedad
de la epidemia de SIDA en los departamentos franceses de las
Antillas y Guayana. En la Guayana francesa el porcentaje de
infectados era seis veces y media más que en el conjunto
de Francia. Esa gravedad va unida a la extendida promiscuidad
heterosexual y a la importancia de la prostitución.
La extensión de la epidemia no puede achacarse a la
ignorancia. La encuesta demostraba que los principales modos
de transmisión del SIDA son ampliamente conocidos.
La proporción de usuarios de preservativos es igual
en las Antillas que en la metrópoli. Sin embargo, sólo
la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres que corren
el riesgo de ser contaminados por el virus decían haber
utilizado preservativos en los últimos doce meses.
Los investigadores del ANRS mostraban su "sorpresa al comprobar
hasta qué punto la epidemiología de la transmisión
del virus del SIDA está relacionada con el comportamiento
sexual de la población de estos territorios". Y se
concluía que era urgente elaborar una nueva estrategia
de prevención.
En
Yaundé, Camerún, en 1993, se celebró
la VII Reunión Internacional sobre el SIDA con expertos
médicos y sanitarios. Fue una reunión en la
que participaban unos trescientos congresistas y, se distribuyó
al final, un cuestionario para que se indicase, entre otras
cosas, si se había tenido relaciones sexuales durante
los tres días que duró la reunión con
personas que no fuesen pareja estable. De los encuestados,
el 28% contestó que sí, y de estos, una tercera
parte dijo que no había tomado "precauciones" alguna
para evitar contagios. Si esto ocurre entre personas "concienciadas",
¿qué ocurrirá entre la base del pueblo?. ¿A
qué fueron a Camerún?, ¿a hacer turismo sexual?,
¿a llevar el SIDA a Camerún, o a llevarse el SIDA del
Camerún?.
El pueblo
normal, el africano, recibe también la presión
de las campañas, sin ningún resultado. Si en
algún sitio las campañas para frenar la epidemia
del SIDA están mal adaptadas a la cultura local, ese
lugar es África. Allí esta más del 70%
de los seropositivos de todo el mundo y, la transmisión
heterosexual es la predominante. Se constató en la
conferencia que las campañas pro-preservativo son absolutamente
ineficaces en África. Así lo reconoce también
la propia OMS: "Por diversas razones, los africanos en general,
no utilizan los preservativos en sus relaciones sexuales.
Y los que lo hacen, es solamente para planificar el número
de hijos. Recientes estudios realizados en el África
sub-sahariana establecen que sólo un 1% los emplean".
Y es que a pesar de las cifras cada vez más alarmantes
sobre la enfermedad, el hombre de la calle sigue sin inmutarse,
pensando que se trata de asuntos europeos.
Así
lo reconoce también María Francisca Basarán
de Médicos sin Fronteras :"Introducir los preservativos
en las relaciones sexuales en Africa es culturalmente muy
difícil, y no se trata primordialmente de una cuestión
religiosa o moral"
En la
conferencia mundial sobre el SIDA de Vancouver, en 1996, se
reconocía que es una paradoja que mientras los investigadores
acaban sabiendo casi todo del SIDA y logren terapias más
eficaces contra el VIH, los mensajes preventivos no "calen"
en la gente, y menos en las que mantienen prácticas
de riesgo. En los países anglosajones, puede que subsista
el moderno imperativo ético de la autodeterminación
y de responsabilidad personal, que obliga a responsabilizarse
totalmente de las consecuencias de los propios actos, lo que
aconseja evitar situaciones de riesgo. Sin embargo, casi en
el resto del mundo, por ejemplo los países mediterráneos
aflora un cierto neofatalismo. No se piensa en las consecuencias
de los actos, quizá porque se piensa que lo que sea
sonará. De ahí, que se vive al día: se
comparten jeringuillas usadas, se aceptan parejas ocasionales
sin cuestionar su historial, y se mantiene a los jóvenes
entretenidos con la explosiva mezcla sexual de ignorancia
y permisividad. Así se logra que quien caiga víctima
de la enfermedad parezca que fue por la fatalidad supersticiosa,
por voluntad divina o porque quizá lo merezca.
Según
informaba la CNN, Pedro Chequer responsable oficial del SIDA
en Brasil, a la vista de que después de intensas campañas
pro-preservativo desde 1983, los estudios oficiales hablan
de que el 76% de la población no usa preservativos
en sus relaciones sexuales, dice que "esas cifras nos están
haciendo pensar en una nueva estrategia de prevención".
El citado informe sobre los hábitos sexuales de los
brasileños, que se publicó en esas fechas, revelaba
que un creciente número de brasileños bebe alcohol
antes de las relaciones, el 44% de los jóvenes, lo
que reduce su percepción del riesgo.
Durante
un congreso de Medicina Tropical y Salud Internacional que
se celebró en Sitges.(Enero 2000), se hizo público
un estudio que informa que el 50% de los viajeros a "paraísos
sexuales" no usa preservativo. El estudio, realizado en el
Hospital Clínico de Barcelona a partir de mil historias
clínicas de viajeros que hicieron alguna consulta en
la unidad de medicina tropical, señala que uno de cada
cinco viajeros mantuvo relaciones sexuales durante el viaje
con parejas no habituales, la mayor parte personas autóctonas
del país visitado. El estudio, con el que se quiso
conocer el grado de protección de los viajeros para
evitar enfermedades de transmisión sexual y comprobar
si alguno de ellos contrajo una de estas enfermedades, señala
que únicamente el 47 por ciento de los hombres y el
60 por ciento de las mujeres utilizaron el preservativo. Por
lo que respecta a los contagios, en 9 viajeros se diagnosticaron
enfermedades asociadas a las relaciones sexuales: tres seroconversiones
en viajeros a India, Brasil e Indonesia, un caso de pediculus
pubis, 4 casos de escabiosis en personas que visitaron Cuba,
Guinea Ecuatorial y Sudáfrica, y un caso de vulvovaginitos
contraído en Senegal.
Según
el Departamento de Defensa de los EE.UU., el ejército
estadounidense es el que tiene mayor índice de enfermedades
de transmisión sexual (ETS) de los países desarrollados.
Cada año se producen en el mundo 333 millones de contagios
de este tipo de enfermedades, de los que 15,3 millones corresponden
a Estados Unidos. La población militar es la de mayor
incidencia, con entre dos y cinco veces más riesgo
de contraerlas, cifra que se eleva a 50 veces más en
caso de conflicto. La cuestión les preocupa especialmente
porque las ETS son cada vez más virulentas y resistentes
a los fármacos y, además, provocan lesiones
que facilitan el contagio del SIDA. Por eso, se ha sabido
que van a adoptar medidas, y estas no pueden ser nunca impopulares,
por lo tanto, a lo de siempre, promocionar entre los soldados
los preservativos. Pero no esperan demasiado de esta medida
porque, según Bill Calbert, presidente del Comité
de Prevención de ETS, del Departamento de Defensa de
los EE.UU, sus soldados saben perfectamente cómo se
transmite el SIDA y, sin embargo, sólo el 42% de los
encuestados utilizaron el preservativo en el último
contacto sexual: "Parece haber una clara desconexión
entre lo que saben y lo que hacen", añadió Calbert,
quien explicó que el programa de ayuda que van a poner
en marcha incluye también orientación sobre
abstinencia y relaciones monógamas, algo es algo. Ya
se ve que sirven de muy poco las teorías cuando fallan
los valores. ¿Es honrado incitar a los jóvenes a la
promiscuidad con esos programas de "educación" sexual
que se limitan a promover un sexo "seguro y sin riesgos" y
no estimulan la afectividad de los jóvenes hacia el
autodominio y el amor comprometido? En sexualidad no basta
la información técnica, se deben atender las
esferas de los sentimientos y el espíritu. Quienes
castran alguna de esas parcelas pagan las consecuencias.
En unos
años en los que domina la picaresca, la corrupción,
y el afán del pelotazo, la moral y la ética
de las actuaciones humanas parece que ha quedado en desuso.
Nos dicen que algo es bueno en tanto en cuanto me satisface
a corto plazo, siempre que la policía no descubra mi
delito, o en cuanto favorece mi bolsillo. Lejos de todo subjetivismo,
las normas morales parecen contemplarnos como esas grandes
montañas que se ríen de los humanos, pues éstos,
dedicados a sus prisas y gustos, creen que las montañas
dejaron de estar allí. Alguien dijo hablando del SIDA,
que Dios perdona siempre, el hombre a veces, pero la naturaleza
nunca. Las leyes morales no están más que para
hacer posible, con su cumplimiento, la salud y la felicidad
del hombre en su medio.
No es
imprescindible considerarse cristiano, basta con advertir
que también existe una ética de la naturaleza,
una ética ecológica, en base a la cual unos
actos pueden considerarse buenos, y otros malos. La contaminación
de un río es éticamente malo, y reciclar o aprovechar
la energía solar es bueno. Los actos entre las personas
que facilitan la propagación de una enfermedad son
éticamente reprobables. Los actos entre personas que
deshumanizan el sentido de la sexualidad, también son
reprobables. Si se apuesta, por lo tanto, por medidas como
la de usar el preservativo, que no son seguras, que hacen
que se multipliquen los actos peligrosos de propagación
del SIDA, y que desvirtúan la sexualidad humana, usando
un sentido de la ética meramente ecológico,
debemos decir que es negativo para el hombre.
Otro criterio
muy útil de moralidad, al margen de creencia religiosas,
sería el considerar si estamos a favor o no de la monogamia.
La poligamia se ha ido reduciendo a medida que las civilizaciones
se han desarrollado, pero lo cierto es que muchos sectores
de la población están volviendo a costumbres
sexuales que se creían superadas, volviendo a la poligamia,
o a la poligamia alternante. Aquí está por lo
tanto, un criterio más de moralidad, la monogamia.
No se puede ser indiferente, son muchos logros sociales los
que se derribarían si la monogamia se dejara optativa
; y el logro que ahora estamos deseando que no sea destruido
es el de la salud de las personas, cuestión de vida
o muerte: casi nada.
Quien
se considere cristiano, perteneciente a una civilización
occidental en la que el cristianismo ha sido motor de civilización
y progreso, podría considerar escritos y declaraciones
de la jerarquía de la Iglesia. Juan Pablo II en la
Conferencia Internacional sobre el SIDA que se celebró
en el Vaticano en Noviembre de 1989 dijo: "Es moralmente ilícito
propugnar una prevención del SIDA basada en medios
y recursos que violan el sentido auténtico de la sexualidad,
y que son un mero paliativo para un malestar profundo, en
el que está en juego la responsabilidad de los individuos
y de la sociedad. Y la recta razón no puede admitir
que la fragilidad humana, en vez de ser motivo para empeñarse
más, se traduzca en pretexto para una cesión
que abra la vía a la degradación moral".
La encíclica
Humanae Vitae dice lo siguiente: "Queda patente que el uso
del sexo tiene un fin altísimo y nobilísimo
que no debe desvirtuarse separándolo de la procreación:
es decir, de los actos de suyo aptos para que pueda derivarse
una nueva vida; todo acto matrimonial debe quedar abierto
a la transmisión de la vida. Por eso, más adelante
añade, sería intrínsecamente deshonesto:
"Toda acción que en previsión del acto conyugal,
o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias
naturales, se proponga como fin o como medio, hacer imposible
la procreación ".
La Iglesia
Católica, en un comentario titulado 'Prevención
del SIDA, aspectos de la ética cristiana', señaló
que 'buscar la solución al problema del contagio promoviendo
el uso de preservativos, significa tomar un rumbo que no sólo
no es muy eficaz desde el punto de vista técnico, sino
también y por sobre todo, es inaceptable desde el punto
de vista moral'. Y agrega: 'La proposición de que una
sexualidad de esta manera es segura, ignora las causas reales
del problema, cual es la permisividad que en la esfera corroe
la fibra moral de la gente. La única manera efectiva
de prevención es en un 95% de los casos, abstenerse
de la práctica sexual fuera del matrimonio y del consumo
de drogas'.
Éticamente
el preservativo separa los dos significados del acto conyugal
(unitivo y procreativo) y es, por tanto, siempre intrínsecamente
inmoral. La moral cristiana manda la continencia que consiste
en frenar, moderar y usar rectamente esa fuerza vital que
es la sexualidad. A esto se llama castidad. Los jóvenes
están obligados a la castidad para llegar íntegros
al matrimonio y los casados deben guardar la castidad conyugal
que consiste fundamentalmente en ser fieles. En cuanto al
uso de los preservativos para evitar las enfermedades, las
autoridades deben informar que no protegen totalmente; existe
siempre el riesgo de infección. Los preservativos son
un gran negocio, llenan de dinero los bolsillos de quienes
producen a costa de la inmoralidad de la población
a la que inducen al libertinaje. La Iglesia no está,
ni estará nunca en favor de los "preservativos".
Conforme
a lo anterior, si el Estado, o quien sea, martillea los oídos
de cristianos, con sermones y campañas que predican
lo contrario, banalizando ciertas prácticas, está
incidiendo, sin el menor respeto, en las creencias y en la
intimidad. Especialmente el daño se produce con los
jóvenes: para los diseñadores de campañas
contra el SIDA no existe ese precepto constitucional de que
todos tenemos derecho a nuestra integridad moral y a la intangibilidad
de las conciencias. Los padres son los primeros educadores
de los hijos, y con esas campañas se produce un abuso
de poder de las propias administraciones frente a los derechos
y responsabilidades de los padres, que son pisoteados.
Las personas
que ajustan su conducta sexual a las enseñanzas de
la Iglesia abstinencia antes del matrimonio o fidelidad al
cónyuge no infectado tienen una protección
natural contra el SIDA y no necesitan para nada del preservativo.
En cambio, quienes llevan una vida sexual con parejas múltiples
y encuentros esporádicos, es señal de que no
siguen los criterios de la moral cristiana, y por lo tanto
se supone que no les debería importar lo que digan
los obispos. La Iglesia Católica trabaja como nadie
para prevenir el SIDA al promover, una conducta que implica
autocontrol y no trivializar el sexo, lo cual aleja el riesgo
de infección. Pero,
los que alientan la idea del "a tope", esos no solo no colaboran
contra el SIDA sino que lo promueven. Luego intentan paliar
las consecuencias de sus consignas, con el slogan del "sexo
seguro".
La vía
eficaz de prevención consiste en un esfuerzo educativo
para proponer unos criterios sanos de conducta sexual. La
Iglesia Católica defiende una concepción del
sexo basada en el dominio de sí, la responsabilidad
y el respeto del otro. Se trata también de una prevención
coherente. No se puede pretender que los jóvenes descubran
una visión de la sexualidad basada sobre el amor y
la responsabilidad, y al mismo tiempo repartir preservativos
en los colegios. Existe pues, una intención clara de
tapar a toda costa la boca a la Iglesia. Su atrevimiento para
criticar duele. Parece, que está resultando, que cuando
creíamos superados todos los tabúes con respecto
al sexo, ahora el tabú que se impone es el cerrar filas
alrededor del preservativo, y ay del que discrepe. La fidelidad
a la pareja se considera irreal, pero se exige fidelidad total
al preservativo.
Es seguro
que, casi todos, antes de tomar una medicina recetada por
el médico se lee el prospecto. Allí hay una
serie de indicaciones valiosísimas, y entre ellas,
las que miramos con más atención son las contraindicaciones.
Podría suceder que una medicina en principio válida,
por otras cuestiones, dejara de serlo hasta el punto de ser,
como se dice, peor el remedio que la enfermedad. Esto que
sucede en muchos casos, sucede también en el tema de
SIDA. En esta enfermedad, y antes de haber pensado en "recetar"
preservativos y jeringuillas, tendría que haberse pensado
en muchas otras cosas: la dignidad humana, la adicción
(vicio), la cultura o su falta en cada pueblo, la moral, y
tantos otros aspectos de los que a continuación hablaremos.
Todos nos van a llevar a la conclusión del dicho tan
claro: peor el remedio que la enfermedad. ¿A quién
se le ocurre matar moscas con miel?.
El hábito
es una facilidad para conducirse de una determinada forma.
Los hábitos requieren aprendizaje y repetición
de actos individuales. Si los hábitos de comportamiento
que se han aprendido son los responsables de la transmisión
del SIDA, lo que habrá que hacer para prevenir es modificar
esos hábitos de comportamiento, es decir, modificar
los aprendizajes a través de los cuales se formaron
esos hábitos. Al proporcionar preservativos, y al animar
a usarlos, se está modificando el comportamiento de
los ciudadanos, imponiéndoseles una determinada dirección.
Al proporcionar preservativos se está estimulando una
cierta conducta que, con la repetición de actos (con
el consumo de más preservativos), acabará por
configurar y modelar una determinada facilidad para las relaciones
sexuales. En la persona en que arraigue el nuevo hábito,
cambiará también su sistema perceptivo y, por
consiguiente, cualquier estímulo erótico tendrá
más capacidad de suscitar en él una respuesta
sexual, haciéndose más dependiente, menos libre,
respecto del flujo de estímulos del ambiente. Por otra
parte, su organismo también se habituará a ese
tipo de respuestas sexuales, frustrándose con mayor
frecuencia e intensidad cuando no pueda satisfacer el deseo
que ahora le reclama con más intensidad el nuevo hábito.
¿Por qué se producen ahora más violaciones que
nunca?. ¿No están influyendo estas campañas,
entre otros factores, para fomentar las violaciones?. La persona
adicta al sexo, cuando no encuentra forma de salirse con la
suya, opta por la violación de cualquier joven indefensa.
¿Por qué en España en la última década
del siglo XX se ha triplicado la prostitución?. Otro
tanto podríamos decir del abuso a niñas menores.
¿Qué influencias tuvo, para llegar a hacer lo que hizo,
Marc Dutroux, el pederasta belga que secuestraba, violaba
y mataba niñas en Bélgica?. ¿Cómo puede
acabar un joven convirtiéndose en un Antonio Anglés
que comete las terribles violaciones y crímenes de
Alcácer?. ¿Cómo es que según publicó
el diario británico News of the World el 23-7-2000,
en el Reino Unido hay 110.000 personas culpables de abusos
sexuales contra menores, uno por cada milla cuadrada de terreno?.
Este diario publicó la foto de 49 convictos de pederastia
al día siguiente de la ultima violación y crimen
de una niña. ¿Cómo empezaron todos?, ¿qué
les influyó?. Todos se echan las manos a la cabeza
cuando suceden estas cosas, pero pocos reflexionan sobre las
causas, y lo consideran un fatalismo inevitable.
Por lo
tanto, en cuanto que el uso del preservativo crea adicción,
se concluye que recomendar su uso multiplica la probabilidad
de que en un futuro los usuarios establezcan más relaciones
sexuales, es decir, mayor número de contactos potencialmente
contagiosos. Eso es lo que piensa también John P. Foley:
"De hecho, la publicidad que se ha realizado del profiláctico
no ha hecho más que alentar el ejercicio de determinados
comportamientos totalmente autodestructivos".
¿Qué
explicación damos a la creciente ola de abusos sexuales
y malos tratos a mujeres fuera y dentro del hogar? ¿qué
está pasando? ¿qué, o quien está fomentando
todo esto?. A ver si sirve un dato. Cada año 295 mil
mujeres son violadas o sufren algún tipo de ataque
sexual en Reino Unido, según reveló un informe
del Ministerio del Interior británico, el 18-2-2000.
El estudio señalaba que cada año se denuncian
6.000 casos de violaciones y 17.500 de ataques sexuales a
mujeres, pero estas cifras representan una mínima proporción
de lo que ocurre en realidad. En España, el informe
del Ministerio de Justicia calculaba que entre 118.000 y 295.000
mujeres sufren agresiones sexuales cada año, de personas
desconocidas o casos de abusos. Según el documento,
los ataques sexuales a las mujeres por parte de novios, amigos
y miembros de su misma familia han aumentado en la última
década. 39 mujeres habían muerto a manos de
sus compañeros en la primera mitad del año 2000.
La policía afirmaba que sólo una pequeña
proporción de mujeres que ha sido víctima de
algún tipo de ataque llega a poner una denuncia. Da
la impresión, que ahora que deberíamos estar
avanzando en la consideración de la igualdad y dignidad
de hombre y mujer, los sucesos y delitos se empeñan
en decirnos que parece que sucede realmente lo contrario:
la mujer es considerada objeto de consumo, y cuando no consiente,
se toma por la fuerza; su opinión o deseo no cuenta,
cuenta la pasión desbocada que otros alientan.
Estados
Unidos fue la primera nación en lanzar campañas
sanitarias que promovían el uso del preservativo y
de jeringuillas limpias para erradicar la enfermedad, y han
sido los primeros en recoger los resultados: crecen imparablemente
las cifras de muertos y contagios, al crear un falso clima
de seguridad que favorecía la práctica de conductas
causantes del contagio, por parte de quienes no ven en ellas
su trascendencia moral. En lo que se refiere a las enfermedades
de transmisión sexual (ETS), el resultado ha sido también
desafortunado, especialmente entre adolescentes. Parece, por
lo tanto, que la revisión de estas campañas
de prevención ha de ser un objetivo prioritario en
los programas de salud pública.
En España,
el ministro de Sanidad, al presentar la campaña de
1997 de condonmanía, aseguraba con desfachatez,
que este método no crea adicción, y que no por
tener preservativos a mano, o porque hasta el ministro se
lo aconseje, ellos aumentarán su promiscuidad. Hay
que ser estúpido para decir esto, o cerrar los ojos
a la evidencia. Que mire el ministro las estadísticas
de abortos en España antes y después de la vandálica
propaganda de Matilde Fernández de 1990. A ver cómo
explica el gran alza. En Galicia, el número de abortos
de adolescentes aumentó durante los últimos
años a pesar de las abundantes campañas de "educación
sexual". La Xunta reconocía que las campañas
de formación sexual no funcionaban y la tendencia al
alza llevó a la conselleira de Familia, Manuela López
Besteiro, a reconocer que se trata de un "grave problema"
sanitario y social. Ese es el resultado de las campañas
de condonmanía.
Decía
Benhamin Franklin que la experiencia es una dura escuela,
pero los tontos no pueden aprender de otras fuentes.
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