CALLE ANGOSTA

LA VIOLENCIA ES EL RESULTADO DEL MODELO SINDICAL K

Los Kirchner y el moyanismo perdieron el control de la calle


Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

El viernes pasado, los camioneros, junto con otros gremios vinculados al transporte público subsidiado, entre ellos la Unión Ferroviaria y los transportistas de la UTA, reunieron más de 60.000 personas en el Monumental. La opinión pública quedó impactada por esa movilización gigantesca, aunque cinco veces menor que la que hizo la Mesa de Enlace en Palermo en el 2008. El estadio de River se llenó de trabajadores que ganan de mínimo 7.200 pesos. Juntarlos no es tarea ardua, ya que van solos a agradecerle a Moyano por su actual nivel de vida, totalmente alejado de la mayoría de los trabajadores formales, como los de comercio y gastronómicos, que ganan un promedio de 2550 pesos. Y ni que hablar de los informales y tercerizados, que no ganan ni eso. Esta disparidad entre la elite de privilegiados que lidera Moyano y el resto es la razón del conflicto que a su vez desencadenó el asesinato de Mariano Ferreyra y que hizo que anteayer el kirchnerismo y el moyanismo perdieron el control de la calle.

El año pasado informadorpublico.com trató en distintas notas los grandes avances de la izquierda revolucionaria en los gremios tradicionales, a partir de que emergieron los conflictos en los subtes y en Kraft. En ambos casos, la izquierda utilizó la misma metodología de Hugo Moyano que toleró desde hace siete años el decaído kirchnerato. Es que la tolerancia contra los bloqueos y cortes de rutas de acceso son moneda corriente desde hace siete años y medio. Con la excusa de “no criminalizar la pobreza” no se permitió que las fuerzas de seguridad pusieran orden en las calles o en las rutas.



Un boomerang

Ahora esta metodología se les volvió en contra a los Kirchner y a los secuaces de Moyano, luego de que éste les sacara afiliados a una serie de gremios, fundamentalmente a Empleados de Comercio y la UOM. A todo esto, la UTA, la Unión Ferroviaria y la Fraternidad eran asediadas por la izquierda revolucionaria, que exigía el reconocimiento de nuevos sindicatos que le había garantizado la Corte Suprema de la Nación en distintos fallos pero que todavía no se pudieron ejecutar.

La Unión Ferroviaria y la Fraternidad fueron asediadas por trabajadores tercerizados. Buena parte de estos trabajadores se desempeñan en empresas vinculadas a Sergio Claudio Cirigliano, más conocido como “el rey del subsidio”, que subcontrata en forma sobrefacturada. Así Cirigliano, la empresa contratada y el Subsecretario de Transporte, Antonio Luna son los que ganan. Los que pierden son los tercerizados, ahora copados por la izquierda revolucionaria, que viene efectuando un gran trabajo de base que es necesario reconocer para tener en claro cuál es la realidad.



La mafia sindical asesina

Este breve análisis sirve para entender los sucesos del miércoles pasado en la zona Avellaneda-Barracas. Allí los tercerizados, liderados por el PO intentaban copar las vías como ya lo habían hecho en tres oportunidades en los últimos tres meses. Pero esta vez, los “pesados” de la Unión Ferroviaria y la Fraternidad quisieron darle una lección a “los zurditos”. Entonces, liderados por el dirigente ferroviario Pablo Díaz y los ex seguidores del Subsecretario Luna perteneciente a la Fraternidad desataron esa tragedia.

El gobierno y Moyano no entendieron la gravedad de la situación hasta la noche de ayer, cuando intentaron reaccionar difundiendo la versión de que Eduardo Duhalde había ordenado el crimen para generar un caos que terminara en una pueblada para desalojar del poder al matrimonio presidencial.

Por el contrario, todo indica que el accionar mafioso de los Kirchner y Moyano puede generar reacciones sociales, ante el cepo de dirigentes sindicales que se transformaron en poderosos empresarios. Éstos no están dispuestos a retroceder en los cotos de caza conquistados. La nueva oligarquía sindical no tiene nada que ver con la productividad y competitividad de la economía argentina, que registra grandes desequilibrios macroeconómicos que apenas tapan con los altos precios actuales de la soja.

Ante este cuadro de situación, la dirigencia moyanista no encontró otro camino mejor que los tiros y el gobierno, impávido, trató de echarle la culpa primero a un enfrentamiento entre la izquierda y después a Duhalde, que se fortaleció con estas disparatadas acusaciones. Y también a Cobos, a quien, en caso de ser electo, el camionero amenazó con sacar a sus pibes a romper todo.



Gestionar como sinónimo de robar

Uno de los clichés del discurso kirchnerista es que, mientras los opositores peronistas o radicales lanzan candidaturas, ellos “gestionan”; una frase que lleva unos diez años en la política local. Pero en este relato, “gestionar” significa “robar” y la mayoría de la gente es consciente de esa realidad. Por ahora, los números de la economía disimulan gran parte de los problemas por los altos precios de las materias primas que vende la Argentina, gracias a la aparición de China, India y Brasil como locomotoras de la economía mundial. Pero, de cara a las elecciones del 2011, la inmensa mayoría de la gente no se engaña sobre el verdadero significado de gestionar.