CINCO PREGUNTAS

Las cinco preguntas que obsesionan al poder en Argentina



Es indudable que la muerte de Kirchner dejó un enorme vacío. Era el jefe político del oficialismo, la última palabra en el esquema de toma de decisiones del Gobierno, ministro de Economía en las sombras y presidente del PJ. Mientras empresarios y oposición se manejan con cautela, el peronismo vuelve con naturalidad hacia lo permanente, el poder territorial que representan los gobernadores y los intendentes del Conurbano.



Por Silvia Mercado



Frío, un peronista que lo vio todo, mientras el cortejo fúnebre iniciaba la marcha desde la Casa Rosada bajo la lluvia, detalló las cinco preguntas que obsesionan al poder en la Argentina.



1. ¿Quién va a leer las carpetas que Francisco “Paco” Larcher hacía preparar a diario con la síntesis de las escuchas a opositores, periodistas, miembros del gabinete de todos los rangos, empresarios, diplomáticos y líderes religiosos?



2. ¿Quién va a dar las órdenes para “matar” a tal o cual opositor, periodista, miembros del gabinete de todos los rangos, empresarios, diplomáticos y líderes religiosos a través de los distintos instrumentos del Estado, a saber: declaraciones radiales, visitas de reconocimiento de la Secretaría de Inteligencia, inspecciones de la AFIP , presiones cuerpo a cuerpo sindicales o de organizaciones sociales?



3. ¿Quién va a dictaminar a quién hay que pagarle o no cada cheque por coparticipación, proveedor del Estado, pauta publicitaria, u obra pública?



4. ¿Quién va a atender a Sergio Cirigliano, a Sebastián Eskenazi, por nombrar a un par de empresarios vinculados al ex presidente? ¿Quién al intendente de Comodoro Rivadavia, al concejal de Arroyo Seco, al secretario de Obras Públicas de La Matanza ?



5. ¿Quién va a decidir el precio del dólar?



Por cierto, la última pregunta delata que salvo que su esposo le haya dado alguna indicación precisa acerca de en quién confiar para tomar esa decisión básica de política económica, Cristina Kirchner no está en condiciones todavía de sacar a Amado Boudou, aunque el asiento de Ministro de Economía –o del que toma las decisiones en el área- sea ahora crítico.



“Hasta que se sepa quién va manejar la caja, los gobernadores no van a opinar en serio de nada”, le dijo un hombre de provincias a este portal. Y se preguntaba cómo harán todos para acomodarse a la nueva realidad, con funcionarios y dirigentes acostumbrados a que el que manejaba la lapicera era una solo, y ya nadie se acuerda cómo era eso de tomar decisiones.



Y como el poder rechaza el vacío, alguien o algo vendrá a poner orden una vez que la necesidad de pagar sueldos se imponga. Este fin de semana, llamados tan ansiosos en busca de información como cautos en la entrega de respuesta, cruzan provincias, intendencias, empresas.



Nadie quiere mostrarse más solícito en las soluciones que lo que demande la Presidenta. Ninguno está seguro de su rol, ni tiene certezas de dónde estarán los verdaderos padrinos, el equipo que formará parte del núcleo del poder, “porque está muy claro que ella no podrá concentrar las decisiones, como lo hacía Néstor”, asegura la fuente.



Pero después del shock y la puesta escénica del Salón de los Patriotas Latinoamericanos, dominado por cierta radicalización del lenguaje, el peronismo permanente está más tranquilo: “aunque pretenda gobernar con La Cámpora , Cristina tardará 72 horas en tomar conciencia de que es inviable”.



Lo siguieron a Kirchner cada vez que les garantizó la victoria. Se corrieron sin escándalos ante lo que consideraron como “sus caprichos”, como la batalla contra el campo, que perdió.



Le pidieron que no vaya a las provincias a hacer campaña en el 2009, para consolidar sus territorios, y que él se dedique a ganar la provincia de Buenos Aires. Kirchner perdió. Y se aprestaba, antes de morir, a iniciar un durísimo recorrido para domesticar lo que ya tenían alas propias.



Con Kirchner muerto, el poder territorial que representan los gobernadores, y ahora también los intendentes del conurbano, los barones que el ex presidente hizo más independientes, creyendo que así se fortalecía él mismo. Está claro que Hugo Moyano, pero también los disidentes Gerónimo Venegas y Luis Barrionuevo serán también actores centrales de lo que viene.



Porque aunque el kirchnerismo se haya cansado de despotricar contra “las corporaciones”,–y tal vez a todas- las dejó más fuerte que nunca, con la capacidad de condicionar cualquier exceso adolescente que ponga en riesgo la victoria del 2011.



Y, por supuesto, no cuestionarán la reelección de Cristina si su candidatura es competitiva, con chances reales de ganar. Sólo se trata de sobrevivir. Esa es la historia. Estamos condenados al éxito. Que el chori no nos tape el bosque.



“Si a las tres de la mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por la ventana de la fortaleza”. Gral Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano 1810.